Por Patricio Echegaray, Secretario General del Partido Comunista de la Argentina. Nota publicada en el diario Clarín el 19 de marzo de 2009.
Quién hubiese imaginado a los gurúes neoliberales reclamando la intervención "salvadora" del Estado, renegando de su fundamentalismo libremercadista y apelando, como ya ocurrió en el caso de Citigroup, a medidas estatizantes, que hasta ayer no más hubiesen sido calificadas de populistas e incluso subversivas y socialistas.
La desocupación crece en los países centrales, en los grandes vecinos de la región como Brasil y comienza en Argentina. La situación no puede ser más grave y preocupante, urge una clara conciencia de los peligros que nos acechan y la elaboración de una estrategia de defensa de los intereses nacionales en el marco de un nuevo proyecto de país.
En el campo popular y la izquierda en particular estamos desafiados a desplegar un debate decisivo para elaborar un plan de emergencia y salvación nacional tratando de evitar que la dureza de la crisis castigue, como siempre, a los trabajadores y sectores populares.
Los comunistas aportamos una propuesta alternativa apoyada en tres grandes ejes:
a) Integración latinoamericana. Valoramos los acuerdos con Cuba, Venezuela, Alba, Unasur, Banco del Sur, etc. Pensamos que se debe dar un impulso a la estrategia de lograr un mercado latinoamericano integral, replanteando la relación con Brasil y profundizando los acuerdos logrados.
b) Impulso a la economía popular. Apoyo a las pymes, cooperativas, fábricas recuperadas y toda otra forma de desarrollo en la iniciativa de los de abajo.
c) Distribución de la riqueza. El eje debe ser el aumento del salario real y las jubilaciones, el blanqueo del empleo informal. Fortalecer el mercado interno con un control efectivo del comercio interior y exterior y el sistema financiero. Ampliar audazmente los gastos en obra pública, vivienda, salud y educación. Plan sistemático de recuperación del patrimonio nacional y de conservación de los recursos naturales.
La crisis capitalista debe ser vista también desde la oportunidad de proponer una visión renovada del socialismo como esperanza de una alternativa justa y democrática.
Quién hubiese imaginado a los gurúes neoliberales reclamando la intervención "salvadora" del Estado, renegando de su fundamentalismo libremercadista y apelando, como ya ocurrió en el caso de Citigroup, a medidas estatizantes, que hasta ayer no más hubiesen sido calificadas de populistas e incluso subversivas y socialistas.
La desocupación crece en los países centrales, en los grandes vecinos de la región como Brasil y comienza en Argentina. La situación no puede ser más grave y preocupante, urge una clara conciencia de los peligros que nos acechan y la elaboración de una estrategia de defensa de los intereses nacionales en el marco de un nuevo proyecto de país.
En el campo popular y la izquierda en particular estamos desafiados a desplegar un debate decisivo para elaborar un plan de emergencia y salvación nacional tratando de evitar que la dureza de la crisis castigue, como siempre, a los trabajadores y sectores populares.
Los comunistas aportamos una propuesta alternativa apoyada en tres grandes ejes:
a) Integración latinoamericana. Valoramos los acuerdos con Cuba, Venezuela, Alba, Unasur, Banco del Sur, etc. Pensamos que se debe dar un impulso a la estrategia de lograr un mercado latinoamericano integral, replanteando la relación con Brasil y profundizando los acuerdos logrados.
b) Impulso a la economía popular. Apoyo a las pymes, cooperativas, fábricas recuperadas y toda otra forma de desarrollo en la iniciativa de los de abajo.
c) Distribución de la riqueza. El eje debe ser el aumento del salario real y las jubilaciones, el blanqueo del empleo informal. Fortalecer el mercado interno con un control efectivo del comercio interior y exterior y el sistema financiero. Ampliar audazmente los gastos en obra pública, vivienda, salud y educación. Plan sistemático de recuperación del patrimonio nacional y de conservación de los recursos naturales.
La crisis capitalista debe ser vista también desde la oportunidad de proponer una visión renovada del socialismo como esperanza de una alternativa justa y democrática.
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