PONENCIA DEL MINISTRO CONSEJERO DE LA EMBAJADA DE CUBA EN CHILE, FERNANDO GARCIA BIELSA EN EL SEMINARIO DE HOMENAJE A GLADYS MARIN EN EL 4º ANIVERSARIO DE SU FALLECIMIENTO ORGANIZADO POR LA FUNDACIÓN GLADYS MARÍN
Compañeras y compañeros:
Muchas gracias a todos y a los organizadores por invitarme a este panel acerca de Gladys Marín y la Patria Grande Latinoamericana.
Bien legitimo el tema y bien conciente estoy de las limitaciones para poder reflejar medianamente la estatura y dimensión latinoamericana e internacionalista de la Gladys. Otros compañeros del panel ayudaran en esa tarea.
Chilena de pura cepa, Gladys supo siempre que la lucha y los desafíos trascendían las fronteras, pues no perdió nunca el rumbo respecto al enemigo común, trasnacional, de los pueblos y de su soberanía, así como acerca de las raíces y el destino común de nuestros pueblos. Fue bolivariana y martiana en su latinoamericanismo y, como para Martí, la Patria fue para ella también el mundo. Su lucha, y su pensamiento y su acción, siempre estuvieron dirigidos a la busca de un destino mejor para la humanidad.
Los que la conocieron de cerca apuntan su permanente preocupación por lo que sucedía en todos y cada uno de nuestros países. Innumerables sus vínculos y amistad con revolucionarios y luchadores sociales de toda la región. Mucho su esfuerzo por defender y enriquecer el análisis marxista, la estrategia y la táctica en la lucha por el socialismo con las especificidades propias de Chile y de América.
Como bien ha dicho uno de sus compañeros, “con su actividad incansable y en su calidad política contribuyo a crear las condiciones para este nuevo momento político” que se vive en la América Latina.
Decía Gladys hace unos años: “....en la historia se tendrán que intentar muchas veces los caminos para que el pueblo llegue al poder y pueda llevar adelante transformaciones revolucionarias y democráticas. Nosotros dimos un paso, fuimos derrotados en ese intento pero la experiencia de Allende es tremendamente valiosa para estos tiempos y se está demostrando. A 30 años de la caída del gobierno de Allende esa es la conclusión, no la contraria. Es posible que los pueblos, con un programa de cambio conocido por la gente, es posible que los pueblos con unidad popular, con unidad del movimiento obrero en nuestro caso, puedan acceder al poder. Y esa lección de Allende está absolutamente válida hoy en día. Eso es lo esencial, los pueblos pueden llegar a gobernarse a sí mismos...”
/fin de la cita/
Actualmente América Latina es la región del mundo que está a la vanguardia en la lucha alternativa a la globalización y donde más clara y decidida es la lucha contra el neoliberalismo. Como señalan analistas calificados, se ha venido produciendo una reevaluación por muchos países de sus relaciones con EE.UU. en el contexto de una voluntad integradora que no existía antes.
De la descarnada complicidad contra Cuba de muchos gobiernos, se ha pasado a un marco de relaciones con Cuba que trasciende lo bilateral y que se enmarca en la afirmación de un mayor grado de soberanía, de creación de un marco integrador, de institucionalidad regional y de hacernos cargo de nuestros asuntos. Confío en que vamos camino a aquella propuesta de nuestro Martí: “Insértense en nuestras republicas el mundo pero el tronco ha de ser el de nuestras republicas”.
Todavía no estamos ahí. Hay mucha dependencia en nuestros países, es relativamente débil el comercio intraregional, se mantiene la ingerencia y los intentos de dividirnos.
Gladys estaría junto a nosotros indicando que no se puede bajar la guardia. No ajena a los matices que se producen en la política del llamado primer mundo, pero alerta ante los cantos de sirenas y las falsas ilusiones.
Porque no es cierto que EE.UU. se haga ojos vista de lo que ocurre en nuestra región. La IV Flota ha sido revivida. Se repiten ofertas ingerencistas para suplir desde el norte supuestos “estados fallidos” y la generación de situaciones de facto que puedan permitirles aplicar nociones de “guerra preventiva” y otros conceptos que nos son ajenos.
En otro plano esta el curso actual de la crisis económica global del capitalismo, que dentro de la gravedad que a todos afecta, pretende ser descargada fundamentalmente sobre los trabajadores, y sobre los países pequeños y más desprotegidos. Muchos de los grandes conglomerados podrían ser “nacionalizados” temporalmente pero luego la privatización y el neoliberalismo podrían volver a la carga.
Ello llama a la lucha unida dentro de nuestros países, hace más urgente la integración en nuestra región, pero asimismo compromete una respuesta acerca de proyectos de más largo plazo.
En este contexto, no son fáciles las respuestas a los problemas actuales de la sociedad cubana, algunos de ellos generados por el propio desarrollo y éxitos de la Revolución. Todo lo alcanzado ha sido a pesar del odio enfermizo y feroz del poderoso vecino. Entre las realizaciones esenciales están el haber puesto el mejoramiento del ser humano como la premisa y el objetivo principal de cualquier estrategia futura, la estrecha vinculación (rara en el mundo) entre el crecimiento económico y el beneficio social, y con ello la eliminación de las profundas injusticias sociales heredadas.
Como recientemente afirmara nuestro Presidente, el cro. Raúl Castro: “Aprendimos en el rigor de la lucha a transformar sueños en realidades, a no perder la calma y la confianza frente a peligros y amenazas, a levantar el animo tras los grandes reveses; a convertir en victoria cada reto…
Pero se confunden, o pretenden confundir a otros, los que hacen planes y detallan cómo se proponen desmantelar la obra de la Revolución o forzarnos a hacer concesiones de principios aprovechando nuestras dificultades, sean estas el bloqueo, los huracanes o las ineficiencias de la gestión de nuestras entidades económicas.
La Revolución cubana, en 2009, avanza como proceso de construcción de soberanía y justicia social, cuyos cimientos ideológicos, sociales y económicos son la propiedad colectiva, la participación ciudadana y la solidaridad nacional e internacional.
Es la Cuba que Gladys amó y apoyó siempre. Pero son principios que chocan contra el modelo y los intereses de la élite propietaria de la industria mundial de la información y las comunicaciones, que proyecta una imagen maniquea, deformada y demonizada de la Revolución cubana, y de los procesos que en América Latina se proyectan con dignidad e independencia.
Estos Medios que censuran, pasan por alto logros e indicadores de Cuba que siguen siendo sueños para muchos países del Sur: la menor cifra de mortalidad infantil de América tras Canadá (según UNICEF), la primera posición en calidad educativa en enseñanza primaria de América Latina (según UNESCO), la calificación de “único país sostenible social y ambientalmente del mundo” (según World Wide Fund for Nature-ADENA), o el mayor número de cooperantes solidarios en otros países del Sur. Avances notables en las ciencias, el deporte, la prevención de desastres, etc. Todo ello, tras casi 50 años de guerra económica por parte de la potencia que controla la economía mundial y los principales resortes de decisión en las instituciones financieras y políticas globales.
Con contradicciones y desafíos, en Cuba se sigue construyendo una sociedad alternativa a la del capitalismo.
Tenemos relaciones plurales con casi toda la comunidad de naciones y hemos contado siempre con la simpatía y el apoyo de todos los pueblos. Nunca hemos estado remisos a discutir sobre bases de igualdad y respeto el prolongado diferendo con Estados Unidos e ir a la búsqueda de paz y mejores relaciones entre nuestros dos pueblos. Hoy esa misma prensa refiere con sorpresa lo que llama una “serie de éxitos diplomáticos”, que estaría “cosechando” nuestro gobierno, cuando nos visitan varios presidentes de nuestra región, así como cancilleres y emisarios de otros países, o sacan cuenta de las recientes visitas de Raul a Rusia, Angola y Argelia.
Sin embargo la gran prensa poco han informado sobre los sustantivos acuerdos de cooperación y beneficio para ambos países que en varios campos se firmaron durante la exitosa, sin lugar a dudas exitosa visita a Cuba de la Presidenta Bachelet y su comitiva hace apenas tres semanas. Y es que nadie debería restarse a la nueva actitud del mundo de dialogar francamente con Cuba, como no debemos restarnos ninguno de nuestros países a construir esta Patria Grande (que es tema de este panel), una latinoamericana unida, para así relacionarnos más soberanamente con el resto del mundo.
Amigas y amigos,
Los 50 años de la Revolución cubana casi coinciden con los 50 años de luchas de Gladys desde su temprana juventud, ambos, nuestro pueblo y ella (junto a muchos combatientes antidictatoriales e internacionalistas chilenos), con el aval de haberlos vivido intensamente, con mucha dignidad, y en la certeza de dejar una huella fecunda en la historia de esta Patria Grande.
Forjadora de la unidad de acción entre partidos de izquierda y movimientos sociales de todo tipo, defensora de la diversidad y la igualdad de genero, en defensa de los pueblos originarios, contra el liberalismo y todo tipo de explotación, como activa participante en la batalla de ideas y en los procesos de construcción de la unidad de los pueblos de América Latina, participando en diversos encuentros y foros internacionales. Muy reconocida por la unidad de su pensamiento y su acción. Y por supuesto siempre al lado del movimiento obrero en todo el mundo y en particular junto a los pueblos en su lucha por la liberación y frente al imperialismo.
Decía ella recién en 2003:
Compañeras y compañeros:
Muchas gracias a todos y a los organizadores por invitarme a este panel acerca de Gladys Marín y la Patria Grande Latinoamericana.
Bien legitimo el tema y bien conciente estoy de las limitaciones para poder reflejar medianamente la estatura y dimensión latinoamericana e internacionalista de la Gladys. Otros compañeros del panel ayudaran en esa tarea.
Chilena de pura cepa, Gladys supo siempre que la lucha y los desafíos trascendían las fronteras, pues no perdió nunca el rumbo respecto al enemigo común, trasnacional, de los pueblos y de su soberanía, así como acerca de las raíces y el destino común de nuestros pueblos. Fue bolivariana y martiana en su latinoamericanismo y, como para Martí, la Patria fue para ella también el mundo. Su lucha, y su pensamiento y su acción, siempre estuvieron dirigidos a la busca de un destino mejor para la humanidad.
Los que la conocieron de cerca apuntan su permanente preocupación por lo que sucedía en todos y cada uno de nuestros países. Innumerables sus vínculos y amistad con revolucionarios y luchadores sociales de toda la región. Mucho su esfuerzo por defender y enriquecer el análisis marxista, la estrategia y la táctica en la lucha por el socialismo con las especificidades propias de Chile y de América.
Como bien ha dicho uno de sus compañeros, “con su actividad incansable y en su calidad política contribuyo a crear las condiciones para este nuevo momento político” que se vive en la América Latina.
Decía Gladys hace unos años: “....en la historia se tendrán que intentar muchas veces los caminos para que el pueblo llegue al poder y pueda llevar adelante transformaciones revolucionarias y democráticas. Nosotros dimos un paso, fuimos derrotados en ese intento pero la experiencia de Allende es tremendamente valiosa para estos tiempos y se está demostrando. A 30 años de la caída del gobierno de Allende esa es la conclusión, no la contraria. Es posible que los pueblos, con un programa de cambio conocido por la gente, es posible que los pueblos con unidad popular, con unidad del movimiento obrero en nuestro caso, puedan acceder al poder. Y esa lección de Allende está absolutamente válida hoy en día. Eso es lo esencial, los pueblos pueden llegar a gobernarse a sí mismos...”
/fin de la cita/
Actualmente América Latina es la región del mundo que está a la vanguardia en la lucha alternativa a la globalización y donde más clara y decidida es la lucha contra el neoliberalismo. Como señalan analistas calificados, se ha venido produciendo una reevaluación por muchos países de sus relaciones con EE.UU. en el contexto de una voluntad integradora que no existía antes.
De la descarnada complicidad contra Cuba de muchos gobiernos, se ha pasado a un marco de relaciones con Cuba que trasciende lo bilateral y que se enmarca en la afirmación de un mayor grado de soberanía, de creación de un marco integrador, de institucionalidad regional y de hacernos cargo de nuestros asuntos. Confío en que vamos camino a aquella propuesta de nuestro Martí: “Insértense en nuestras republicas el mundo pero el tronco ha de ser el de nuestras republicas”.
Todavía no estamos ahí. Hay mucha dependencia en nuestros países, es relativamente débil el comercio intraregional, se mantiene la ingerencia y los intentos de dividirnos.
Gladys estaría junto a nosotros indicando que no se puede bajar la guardia. No ajena a los matices que se producen en la política del llamado primer mundo, pero alerta ante los cantos de sirenas y las falsas ilusiones.
Porque no es cierto que EE.UU. se haga ojos vista de lo que ocurre en nuestra región. La IV Flota ha sido revivida. Se repiten ofertas ingerencistas para suplir desde el norte supuestos “estados fallidos” y la generación de situaciones de facto que puedan permitirles aplicar nociones de “guerra preventiva” y otros conceptos que nos son ajenos.
En otro plano esta el curso actual de la crisis económica global del capitalismo, que dentro de la gravedad que a todos afecta, pretende ser descargada fundamentalmente sobre los trabajadores, y sobre los países pequeños y más desprotegidos. Muchos de los grandes conglomerados podrían ser “nacionalizados” temporalmente pero luego la privatización y el neoliberalismo podrían volver a la carga.
Ello llama a la lucha unida dentro de nuestros países, hace más urgente la integración en nuestra región, pero asimismo compromete una respuesta acerca de proyectos de más largo plazo.
En este contexto, no son fáciles las respuestas a los problemas actuales de la sociedad cubana, algunos de ellos generados por el propio desarrollo y éxitos de la Revolución. Todo lo alcanzado ha sido a pesar del odio enfermizo y feroz del poderoso vecino. Entre las realizaciones esenciales están el haber puesto el mejoramiento del ser humano como la premisa y el objetivo principal de cualquier estrategia futura, la estrecha vinculación (rara en el mundo) entre el crecimiento económico y el beneficio social, y con ello la eliminación de las profundas injusticias sociales heredadas.
Como recientemente afirmara nuestro Presidente, el cro. Raúl Castro: “Aprendimos en el rigor de la lucha a transformar sueños en realidades, a no perder la calma y la confianza frente a peligros y amenazas, a levantar el animo tras los grandes reveses; a convertir en victoria cada reto…
Pero se confunden, o pretenden confundir a otros, los que hacen planes y detallan cómo se proponen desmantelar la obra de la Revolución o forzarnos a hacer concesiones de principios aprovechando nuestras dificultades, sean estas el bloqueo, los huracanes o las ineficiencias de la gestión de nuestras entidades económicas.
La Revolución cubana, en 2009, avanza como proceso de construcción de soberanía y justicia social, cuyos cimientos ideológicos, sociales y económicos son la propiedad colectiva, la participación ciudadana y la solidaridad nacional e internacional.
Es la Cuba que Gladys amó y apoyó siempre. Pero son principios que chocan contra el modelo y los intereses de la élite propietaria de la industria mundial de la información y las comunicaciones, que proyecta una imagen maniquea, deformada y demonizada de la Revolución cubana, y de los procesos que en América Latina se proyectan con dignidad e independencia.
Estos Medios que censuran, pasan por alto logros e indicadores de Cuba que siguen siendo sueños para muchos países del Sur: la menor cifra de mortalidad infantil de América tras Canadá (según UNICEF), la primera posición en calidad educativa en enseñanza primaria de América Latina (según UNESCO), la calificación de “único país sostenible social y ambientalmente del mundo” (según World Wide Fund for Nature-ADENA), o el mayor número de cooperantes solidarios en otros países del Sur. Avances notables en las ciencias, el deporte, la prevención de desastres, etc. Todo ello, tras casi 50 años de guerra económica por parte de la potencia que controla la economía mundial y los principales resortes de decisión en las instituciones financieras y políticas globales.
Con contradicciones y desafíos, en Cuba se sigue construyendo una sociedad alternativa a la del capitalismo.
Tenemos relaciones plurales con casi toda la comunidad de naciones y hemos contado siempre con la simpatía y el apoyo de todos los pueblos. Nunca hemos estado remisos a discutir sobre bases de igualdad y respeto el prolongado diferendo con Estados Unidos e ir a la búsqueda de paz y mejores relaciones entre nuestros dos pueblos. Hoy esa misma prensa refiere con sorpresa lo que llama una “serie de éxitos diplomáticos”, que estaría “cosechando” nuestro gobierno, cuando nos visitan varios presidentes de nuestra región, así como cancilleres y emisarios de otros países, o sacan cuenta de las recientes visitas de Raul a Rusia, Angola y Argelia.
Sin embargo la gran prensa poco han informado sobre los sustantivos acuerdos de cooperación y beneficio para ambos países que en varios campos se firmaron durante la exitosa, sin lugar a dudas exitosa visita a Cuba de la Presidenta Bachelet y su comitiva hace apenas tres semanas. Y es que nadie debería restarse a la nueva actitud del mundo de dialogar francamente con Cuba, como no debemos restarnos ninguno de nuestros países a construir esta Patria Grande (que es tema de este panel), una latinoamericana unida, para así relacionarnos más soberanamente con el resto del mundo.
Amigas y amigos,
Los 50 años de la Revolución cubana casi coinciden con los 50 años de luchas de Gladys desde su temprana juventud, ambos, nuestro pueblo y ella (junto a muchos combatientes antidictatoriales e internacionalistas chilenos), con el aval de haberlos vivido intensamente, con mucha dignidad, y en la certeza de dejar una huella fecunda en la historia de esta Patria Grande.
Forjadora de la unidad de acción entre partidos de izquierda y movimientos sociales de todo tipo, defensora de la diversidad y la igualdad de genero, en defensa de los pueblos originarios, contra el liberalismo y todo tipo de explotación, como activa participante en la batalla de ideas y en los procesos de construcción de la unidad de los pueblos de América Latina, participando en diversos encuentros y foros internacionales. Muy reconocida por la unidad de su pensamiento y su acción. Y por supuesto siempre al lado del movimiento obrero en todo el mundo y en particular junto a los pueblos en su lucha por la liberación y frente al imperialismo.
Decía ella recién en 2003:
“....Pero otra ética se construye en la lucha y en nuevas afirmaciones democráticas: Brasil, Venezuela, Bolivia; Uruguay, Argentina, Nicaragua, El Salvador. Se construye en la dignidad y la resistencia creadora de quien más ha luchado en estos tiempos duros manteniendo vivos los sueños más nobles, la Patria de Martí, el Che y Fidel, la Cuba revolucionaria.
“En nombre de todos los pueblos que aman la libertad y la verdad desde aquí entregamos nuestra más amplia solidaridad a los patriotas cubanos secuestrados en las cárceles de EE.UU.
Y continuaba Gladys:
“La coordinación, así como la solidaridad, son elementos claves en esta lucha contra la globalización. Es tan nuestra la lucha de los campesinos cocaleros de Bolivia, como la de las Madres de la Plaza de Mayo, como el grito de los zapatistas, o el Movimiento de los Sin Tierra de Brasil y la lucha del pueblo venezolano por llevar adelante su proceso democrático. Tan nuestra como lo son las demandas, los pliegos, las huelgas de los trabajadores....”
/fin de la cita/
En 1961, con apenas algo mas de 20 años visita Cuba por primera vez y conoce a Fidel. Como se expresó al otorgársele en Cuba la Medalla José Martí , “no existió batalla alguna librada por nuestra Revolución en la que no hayamos contado siempre con el decidido apoyo de la compañera Gladys ”.
Es de todos conocido y nos enorgullece haber constatado que Cuba y su Revolución ocupaban un lugar destacado en la mente y el corazón de Gladys, más orgullosos aun dado que el suyo estaba lleno de amor compartido para todos sus semejantes y hacia todos los pueblos en lucha. Estaba entonces, como estaría ahora, en pie de lucha detrás de la Bolivia de Evo y la Venezuela bolivariana, contenta de los cambios en varios otros países de nuestra región, indignada contra el acrecido terrorismo israelí y activa como siempre en defensa del pueblo palestino.
Compañeros y compañeras, estamos en vísperas de conmemorar nuevamente el “Día Internacional de la Mujer” y quisiera terminar mis palabras citando estas hermosas frases del presidente de nuestro Parlamento, cro. Ricardo Alarcón, nacidas de sus propias vivencias durante el funeral de Gladys, y cito:
“Nunca mujer alguna recibió tantas flores el 8 de marzo como Gladys Marín cuando en 2005 un mar de pueblo inundó Santiago desde el Centro hasta el Cementerio. Llovían flores desde la multitud apretujada en la calle, llovían desde las aceras, los balcones, las ventanas y las azoteas, a todo lo largo del trayecto hasta desembocar en una plaza que afanosas obreras habían transformado en insólito jardín”.
Muchas gracias.
06 DE MARZO DE 2009
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